Sara era simpática y graciosa, tenía el pelo castaño, los ojos marrones y tenía pecas, era superflaca.
Alex era simpático y también muy gracioso, tenía el pelo corto y castaño, sus ojos eran marrones y no era ni gordo ni flaco.
Un día, paseando por el bosque, se encontraron con una bruja y de repente Alex se había convertido en mono. Entonces, Sara se quedó muy preocupada por la desgracia de su amigo, pero Sara se quitó las lágrimas de su cara y los dos se levantaron y emprendieron su camino en busca de ayuda. Cuando ya llevaban unos kilómetros andados, Sara decidió parar a comer algo y entonces, cuando iban a tomar el primer bocado, se les apareció una pantera, pero no era una pantera cualquiera, era la pantera más sabia de toda la selva. Tan sabia que incluso sabía hablar.
Y Sara y Alex, sin dudarlo, se dirigieron al volcán del gran gorila negro. Tras andar varios kilómetros por fin llegaron al volcán y se encontraron con el gran gorila. El gorila furioso dijo: ¿Quién osa interrumpirme mientras me doy un baño?
Aunque estaban un poco asustados, Sara empezó diciendo:
- Pues eso os va a costar mucho -dijo el gorila-, tenéis que darme todas vuestras pertenencias.
Y por supuesto, sin dudarlo, echaron sus pertenencias al volcán. Entonces el gorila cumplió con su promesa y Alex volvió a ser humano.
Cuando iban descendiendo, antes de irse, fueron a visitar a la pantera para darle las gracias.
Y desde ese día todos los sábados iban a visitar a su amiga la pantera.
Cristóbal y Laura.
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